Ana al habla.
Primero que nada: ¡Feliz Navidad!
Segundo: siento haber tardado tanto en escribiros.
Tercero: ¡lo bueno es que nunca es tarde para ponerse a preparar estas galletas!
Veréis, con la universidad y todo (¡ya estoy a punto de acabar!) apenas he tenido tiempo para cocinar. Lo bueno es que en los pocos momentos que he tenido libres para hacer algún dulce, los he aprovechado para preparar algo sencillito, que no me obligase a tirarme horas y horas en la cocina y, lo más importante, ¡que me hiciese pringar lo mínimo! (Sí, lo de ponerse a fregar no es santo de mi devoción o, como dirían los ingleses, limpiar no es "my cup of tea").
Por otra parte, gracias a una amiga este año me he empezado a interesar por la cocina vegana. Aunque no creo que vaya a seguir ese estilo de vida por ahora, sí que me llama mucho la atención por lo difícil que considero llevarlo a cabo hoy en día. Pero no puedo negar que supone muchos beneficios a nivel tanto personal como medioambiental.
Por ejemplo: las recetas veganas son aptas para intolerantes/alérgicos a la lactosa y al huevo. Por otra parte, a aquellas personas a las que no les apasiona la mantequilla (como a mí) la repostería vegana nos ofrece alternativas como el aceite de oliva, entre otros. Y, para mi sorpresa, algunos dulces veganos están mil veces más buenos que sus versiones no-veganas (no tengo ni idea de cómo denominarlas).
Y un claro ejemplo de esto son estas maravillosas galletas. Están de muerte. Os lo dice una que normalmente no come los dulces que hace porque acaba empachada de solo cocinarlos, pero que no puede decirle que no a una de estas galletas.
La receta base es una versión de Alma Obregón, autora del recomendable blog
Objetivo: Cupcake Perfecto. Yo he modificado algo las cantidades, pero el proceso de preparación es el mismo.
Aquí os muestro las últimas tres versiones que he realizado (todas veganas): chocolate con almendras, jengibre y canela, y con vainilla y pepitas de chocolate (mucho más buenas que las típicas cookies, palabra).
Vamos con la receta:
Ingredientes:
- 150 ml de aceite de oliva suave
- 50 gr de azúcar blanco
- 80 gr de azúcar de caña integral (panela)
- 1 cucharada de maicena
- 250 gr de harina normal
- 1 cucharadita de levadura
- 60 ml de leche de soja
Ingredientes a añadir según la versión elegida:
Con chocolate y almendras:
- 2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar (yo he usado el de la marca Valor)
- 1 puñado (a ojo o según los gustos del consumidor) de almendras tostadas picadas (si llevan sal, no pasa nada, le aportan sabor)
Navideñas:
- 1 cucharada de canela en polvo (si os gusta mucho la canela; si no, echad menos)
- 1 cucharada de jengibre en polvo (ídem)
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- glasa: 200 gr de azúcar glass, 1/2 cucharadita de agua y 1/2 cucharadita de zumo de limón
Con vainilla y pepitas de chocolate:
- Las semillas de media vaina de vainilla
- 100 gr de pepitas (chips o gotitas) de chocolate negro (yo las compro de la marca Hacendado, que no tienen componentes de origen animal, pero lo importante es que aguanten el calor sin derretirse)
Preparación:
- En un bol, batid el aceite con los azúcares hasta que estén algo disueltos. Añadid la leche de soja y mezclad.
- En otro bol, mezclad las harinas con la levadura.
- Tamizad por tandas la mezcla de harinas sobre la mezcla líquida procurando integrarlo todo bien (puede que al final necesitéis mezclarlo con las manos).
- Si queréis realizar las tres versiones a la vez, podéis dividir la masa en tres partes e incorporar a cada porción los ingredientes restantes. Si hacéis la versión navideña, recordad que la glasa se pone una vez horneadas las galletas.
- Precalentad el horno a 180º.
- Preparad una bandeja de horno con papel de horno (valga la redundancia).
- Ponéos guantes de plástico trasparente (sí, es obligatorio si no queréis acabar con más masa en las manos que en el bol).
- Haced bolas del tamaño que queráis (yo las hago de unos 3 cm de diámetro, pero podéis hacerlas más grandes. Del tamaño y grosor de las galletas dependerá el tiempo de horneado, ojo).
- Depositad las bolas en la bandeja de horno dejando espacio entre ellas y aplastadlas un poco con la palma de la mano. Estas galletas apenas metamorfosean en el horno: no se expanden y se hinchan solo un poco, por lo que no os preocupéis si no dejáis mucho espacio entre ellas. Eso sí, si les marcáis los dedos al aplastarlas, la forma se mantendrá (más o menos) durante el horneado.
- Hornead durante unos 13 minutos a 180º sin aire o hasta que las veáis doraditas. Si os gustan más blanditas (aunque son blanditas de por sí), horneadlas menos tiempo. Total, es una masa que no lleva huevo, por lo que no hay peligro de coger una salmonelosis.
- Dejad enfriar las galletas sobre la bandeja de horno unos 5 min. A continuación traspasadlas a una rejilla para que terminen de enfriarse. Si podéis (y no os las coméis todas directamente de la rejilla), sería conveniente conservarlas en una lata. Así no se hacen blandurrias.
*Notas:
- La glasa la podéis preparar y usar cuando las galletas estén bien bien frías. La cantidad de agua que le echéis determinará la consistencia de la glasa. Es conveniente que no esté ni muy líquida ni muy espesa. Yo al final lo hago a ojo.
- Si no os importa que las galletas no sean veganas, podéis añadir cualquier cosa a la masa: chips de chocolate blanco, de chocolate con leche, Lacasitos, etc.
- Si las queréis veganas, podéis añadir a la masa desde pasas, frutos secos, etc. hasta frutas confitadas o deshidratadas (siempre que aguanten bien el calor).
- Yo normalmente duplico o triplico las cantidades de los ingredientes de las recetas, ya que después suelo repartir el resultado entre familiares, amigos, etc. Lo bueno es que así pringo lo mismo pero obtengo más. Para esta receta tripliqué las cantidades y obtuve unas 20 galletas de cada sabor.
Pues lo dicho. A hacerlas y a comérselas. ¡Y no dudéis en experimentar con nuevos sabores! Próximamente os enseñaré otra muestra del juego que da esta masa.
¡Feliz Navidad!
Con cariño,
Ana