Galletas para el Día de la Madre (O, revolucionando el calendario popular)

Queridos seguidores: ¡Feliz Día de la Madre! 

No, no me estoy adelantando al día de la madre. Es que creo que es un poco triste que solo haya un día de la madre al año. Así que, aunque yo a mi madre le prepare estas galletas tituladas "Galletas para el Día de la Madre", en verdad no se refieren a ningún día en especial. Las madres son madres todos los días, ¿no? Pero bueno, pensando que quizás vosotros estéis buscando una idea para el primer domingo de mayo (domingo 5) para sorprender a vuestras madres, ahí va mi propuesta: galletas de mantequilla decoradas.

Bueno, en verdad son dos propuestas, y con varias variantes dentro de cada una. 

Empecemos con la primera propuesta:

Buttons and Flowers

(O de Botones y Flores)

Son galletas de mantequilla en forma de corazones, círculos y placas barrocas. Cubiertas de glasa blanca y rosa y decoradas con florecillas de pasta de goma, hojas de glasa y botones de fondant y glasa. La receta, más abajo.

He elegido esta temática porque a mi madre le encantan las flores y la costura. 

¡Es una verdadera artista!

Aún tengo que perfeccionar un poco el pulso para que las siluetas de glasa me salgan mejor.

Y la segunda:

Birdcages and Flowers

(O de Jaulitas de Pájaros y Flores)

Hice dos modelos: uno de glasa blanca sobre la galleta y otro de glasa turquesa sobre fondant rosa pálido. Ambos con flores de pasta de goma y con hojas de glasa. Las de las jaulitas blancas llevan un pajarito hecho de fondant y pintado con colorante en pasta y un pincel finito.

Sí, la verdad es que aún tengo que mejorar el pulso y la consistencia de la glasa, que me quedó muy espesa.

Y la receta de las galletas de mantequilla: (versionada de la de El Rincón de Bea)

Ingredientes: (para un montón de galletas)

• 250gr de mantequilla a temperatura ambiente
• 250gr de azúcar glass
• 650gr de harina normal
• 1 chorrito de leche (como 4 cucharadas)
• 1 huevo grande (L)
• 1 cucharadita de extracto de vainilla concentrado (o una cucharada si es más líquido)
• 1 pizca de sal

Preparación:

1. Batir la mantequilla con el azúcar glass tamizado hasta que la mezcla aumente su volumen y se vuelva más blanquecina. 
2. Añadir el huevo y seguir batiendo bien.
3. Mezclar aparte la harina con la sal e incorporarla a la masa anterior poco a poco y tamizándola.
4. Mezclar bien la masa, aunque esté muy consistente, y añadirle la leche y el extracto. Batir hasta que se forme una masa homogénea y manejable. Añadir harina si hace falta, pero que la masa no se quede muy dura.
5. Separar la masa en tres porciones y envolverlas con papel sulfurizado o vegetal formando paquetitos, luego meter los tres en una bolsa de plástico en la nevera, donde deben enfriarse durante al menos 6 horas. 
6. Tras 6 horas (o más), poner el horno a precalentar a 200º, sacar un paquete de masa y trabajarla, extenderla sobre una superficie antiadherente enharinada y alisarla con un rodillo enharinado. Cortar las galletas y hornearlas de 10 a 15 minutos (si son muy grandes) a 170º.
7. Sacar las galletas y dejarlas enfriar, primero unos 5 minutos en la propia bandeja del horno, y luego en una rejilla.
8. Repetir el proceso con el resto de paquetes de masa.

Truquillos:

• Yo esta vez he usado la batidora-amasadora que tengo (una Kenwood con bastante potencia) en vez de hacer la masa a mano. La verdad es que así ha sido más fácil y la masa ha salido más homogénea. Lo que no sé es si esta ha sido la razón por la cual algunas galletas se me agrietaban.
• La bandeja del horno debe estar fría cada vez que pongamos las galletas para hornearlas. Si la bandeja de horno está caliente cuando depositamos en ella las galletas crudas, estas perderán un poco la forma al hornearse (por la mantequilla, principalmente).
• Si ponéis las galletas sobre la rejilla nada más sacarlas del horno, puede que adquieran una superficie ondulada por culpa de las varillas de la rejilla, ya que, nada más sacarlas del horno, las galletas están blandas por el calor.
• Si vivís en zonas húmedas y calurosas (como es el caso de Valencia), es mejor que enfriéis un poco las galletas en la nevera antes de meterlas al horno. Así aguantarán mejor el tipo.
• Yo no llegué a usar toda la harina a la masa, así que si veis que la masa ya está maleable y aún os queda harina por añadir, no os preocupéis, no hace falta echarla toda; podéis reservarla para espolvorear durante el amasado.
• Las galletas necesitan enfriarse por lo menos durante 5 horas antes de ser decoradas. Calculad entonces que es mejor hacer las galletas una mañana, dejarlas en la nevera todo el día, a media tarde hornearlas, y dejarlas enfriar hasta la mañana siguiente. A la mañana siguiente, ya están listas para decorar.
• Mientras las decoro, yo suelo dejar las galletas en bandejas sobre un servilleta de papel abierta. Con ello voy retirando el exceso de mantequilla que pueda tener la galleta y que la haga un poco pringosa (recordad, estamos hablando de la húmeda Valencia).
• Podéis cubrir las galletas con glasa, chocolate, mermelada (en forma de sandwich, haciéndole un agujero a la galleta superior para que asome la mermelada), fondant, etc.
• La GLASA la he hecho con agua, colorantes diferentes en gel y el preparado para glasa de la marca Tate & Lyle, que cunde una barbaridad (aún me ha sobrado glasa). Pero si queréis hacer vuestra propia glasa real, o royal icing, podéis visitar de nuevo El Rincón de Bea.
• La glasa puede tener muchas consistencias dependiendo de su futuro uso (de delineado, de relleno, de bordado, etc.): cuanta más azúcar glass, más espesa será y será perfecta para delinear, hacer contornos, etc. Podemos jugar con la consistencia añadiendo agua o azúcar glass a la glasa. Yo os recomiendo que no echéis el agua directamente de la botella, porque os podéis pasar con la cantidad. Yo os sugiero que os pongáis un poco en un vasito, y la echéis poco a poco; la glasa cambia de consistencia con una gota de agua.
• Si añadís un aroma a la glasa, tened cuidado de que no la oscurezca (para este caso son mejor los aromas trasparentes). Y tened cuidado también con la cantidad y la consistencia del aroma, porque, aunque pongáis muy poco, la glasa se volverá más fluida al añadirlo. No es aconsejable añadir vainilla en polvo ni azúcar avainillado: esto podría arruinar la glasa por completo.
• Mientras uséis la glasa, podéis tapar los cuencos o recipientes que la contengan con paños húmedos; esto hará que no se seque y se cristalice la glasa.
• Podéis guardar las galletas en una caja de metal durante un mes y no se pondrán malas (a mí me duran más, pero también es verdad que se van ablandando con el tiempo).
• Los detalles de fondant o pasta de goma podéis tenerlos hechos de antemano (guardados en una fiambrera en un lugar seco y fresco). Así decorar las galletas no os ocupará tanto tiempo. 
• Si vais a poner algún detalle de fondant sobre la glasa de la galleta, ponedlo antes de que esta cristalice. Si ya está la glasa seca, poned tras el detalle de fondant un poco de la glasa que tengáis guardada y usadla como pegamento, ¡pero nunca presionéis el detalle sobre la glasa ya seca, porque se cuarteará y se romperá!

Aquí podéis observar la glasa rota al pegar los pétalos cuando ya estaba seca.

Espero que os haya gustado mi propuesta y que me enseñéis vuestras propias ideas para celebrar el Día de la Madre, que puede ser el día (o los días, o el año) que os dé la gana.

Podéis usar una temática parecida para el día de San Valentín, que también puede ser el día que vosotros queráis.

Con mucho cariño,

Ana

P.D.: ¡No os olvidéis de comentar y de enseñarme vuestras propuestas!