22 de octubre de 2013

¡La entrada número 100!


Esta es la entrada número 100. Cómo ha pasado el tiempo, ¿verdad? 
Esta entrada se sale un poco de la rutina, pero había que celebrarlo de alguna manera, ¿no?
Después de casi 4 años de relación y 99 entradas del blog ya era hora de demostraros que Ancor y yo somos más polifacéticos de lo que parecemos. Y para ello se nos ocurrió hacer un cambio de papeles para esta entrada tan especial. Porque no hay nada como compartir destrezas con la pareja... 
¡Sobre todo si mientras estás restaurando tu novio te da trozos de su tarta para que cojas fuerzas!


Primera parte: Ana

Yo quería restaurar algo que me gustase. Y si hay algo a lo que no me puedo resistir es a los cachivaches y mecanismos antiguos (bueno, y a los gatitos; a esos ni quiero ni puedo resistirme). Así que a falta de algo que pudiera calificar como "cachivache", decidí restaurar esta maleta ajada que le regalaron a Ancor hace unos meses. No sé decir si es de los 50 o de los 70, pero vamos, que tiene unos añitos la maleta.



De formas muy sencillas, la maleta es muy espaciosa y resistente a los golpes.



Tanto el exterior como el interior necesitaron una buena limpieza a fondo con un paño y con una disolución de agua y unas gotas de amoniaco (que es un buen desinfectante, pero procurad que la disolución lleve un porcentaje de amoniaco pequeño, y usad guantes).


El interior estaba sucio y abollado, y le quité la mayor parte del papel pintado que tenía adherido antes de limpiarlo. Para ello usé unos alicates (para intentar quitar las grapas o clavos) y una hoja de lija de grano medio.


Usé papel blanco de armario y una disolución de cola blanca y agua para adherir el papel al interior de la maleta.


En la cavidad inferior esparcí la disolución de pegamento con ayuda de una brocha.
La cavidad superior primero la cubrí con tiras de cinta de carrocero.


Después forré ambas cavidades con papel de envolver regalos de un tono de verde entre caqui y pistacho.









Por último rematé las aristas interiores con cinta de carrocero.


Dejé secar el pegamento durante una semana con la maleta abierta. Si no la dejáis secar unos días abierta puede acabar saliéndole moho.




El exterior decidí dejarlo tal cual. Limpio, eso sí, pero sin barnices. Podría haberlo barnizado o haberlo pintado con betún, pero me gustaba el efecto antiguo que tenía la magullada y raspada tapa.


Esta maleta es polivalente. Puede hacer tanto de baúl como de estante decorativo como de mesilla auxiliar.






¡Es incluso fotogénica!


Segunda parte: Ancor

Hola chicos, mi parte corresponde a realizar un pastel de galletas tostadas, "Nocilla" y leche condensada.





El primer paso es untar el molde con "Nocilla".




Acto seguido hay que mojar las galletas en leche:



Hecho el primer piso de galletas en leche, añadí una capa de leche condensada.



Segundo piso...



Y así sucesivamente hasta que veáis que la altura es suficiente.






Finalmente hay que cubrir con "Nocilla" con la ayuda de un cuchillo.




Voilà !



En verano es mejor dejarla un rato en la nevera antes de consumirla.





GRACIAS A TODOS POR TODO VUESTRO APOYO Y POR TODAS LAS VISITAS QUE HABÉIS REALIZADO. ESPERAMOS QUE OS HAYA GUSTADO LA ENTRADA.
OS PROMETEMOS MUCHAS ENTRADAS MÁS.
BESOS

Ana y Ancor

P.D.: el vestido es de GoSSipi. 
(Ana)

7 comentarios:

  1. Muy chula la entrada, ahora a por la 200 !!!

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  2. Chicos!!! sois geniales!!! Me ha encantado el post, seguir así ;) Ana espero verte pronto!! muuuaks

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    1. ¡Muchas gracias, Ruth! Sí, a ver si nos vemos pronto :)
      Besos,
      Ana

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  3. Sois mi pareja favorita ^^ preciosa la maleta y muy rica la tarta jajajaja

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    1. ¡Gracias, Cris! Sí, pero gracias a tu ayuda incondicional (bueno, pagada con tarta, todo hay que decirlo). :)
      Besos,
      Ana

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  4. Mi madre hace esa tarta untando las galletas en café y en vez de leche condensada pone flan. Tendrá que decirle que pruebe de esta forma también!

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